El día está vivo. A veces la luz se mueve vigorosa. Otras, los puntos se disparatan. Entropía veloz. Ser y Estar se disparan. Alocados. Algunos son compuertas. Otros son barreras. Hay espumas y existen los metales. Se chocan los metales y su sonido es delirante. Como si las fuerzas de la luna te atraparan; el metal repica. El oído se esconde entre el ruido. El caracol se hace ave. Y pierde la pisada, y consigue reptar sin respirar. Una grieta abierta en el antebrazo.
Agarré la mano. Fuerte. Sin tiempo. Y descubrí tanto aire dentro que no sabía...
Papá.
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