Espero que la mar no deje de hablarme.
Que el viento me lleve, contigo, cerca. Que te pueda ver de algún modo.
Quizá la memoria de tu alegría...
Espero que esta ventana no ennegrezca.
Que el sentido no sea algo inalcanzable. Espero seguir.
¿Dónde acabarán las líneas de metro? ¿Dónde finalizarán los paseos?
¿Con quién me reiré arrastrada por su risa? ¿Quién bailará sobre los azulejos de la cocina? ¿Quién dirá que ama la música y elevará una voz delicada que confunde y olvida la letra y que arrastra la mirada hacia la melancolía? ¿Cómo respirar sin ti?
Dónde descansar cuando te hayas ido.
Ahora, que ya te estás yendo.
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