Lejos donde no llega la voz
Rebota el eco de una imagen muda
El amanecer, con la niebla del recuerdo, confundido
Me atrapa y lanza a un viaje veloz
Acercándome al calor de la estrella que persigo
Cuando la noche solo era el día oscurecido
No existía el dolor amargo del vencido
Cuando vivir no era privilegio restringido
yo podía ser feliz sin ser el elegido
Hasta aquí he llegado
Desde aquí he partido
Un camino sin descanso que buscó donde nacer
Antes de haber nacido.
sábado, 21 de noviembre de 2009
lunes, 9 de noviembre de 2009
También
Hasta el amor muere.
Eso también.
Aunque pensemos que el querer se va a quedar siempre con nosotros.
Aunque parezca que el corazón va a dejar eternamente un hueco a lo sentido.
Incluso lo más querido y deseado puede olvidarse. Todo es capaz de morir.
Porque lo matamos.
O lo matan. O te lo matan.
Uno no suele matar lo que siente su corazón.
Sobre todo porque no puede.
Así es.
No puede.
El otro se encargará de matarlo, si quiere.
Hasta eso puede morir.
Y no suele morir en los grandes desencuentros.
Ahí no, ahí se alimenta.
Muere después. En la desilusión, en los coletazos. Muere en la espera serena.
El corazón muere cuando se abre y no encuentra calor. Muere cuando se abre con honestidad y sin rencor, y le llega un aire frío e invernal.
El hastío lo mata.
La desilusión lo hiere.
El corazón muere y no mata. Lo matan.
Pero el corazón puede sobrevivir.
Porque no lo matan del todo. Porque nunca se ama con todo el corazón.
Porque hay un trozo de corazón que uno guarda para el amor propio.
Y el amor propio puede ser matado, pero, sólo, si uno quiere.
Por ese sí se puede luchar.
Amor, amado, amante, amigo. Amor, destino, olvido, amigo.
Amor, amado, amor.
Eso también.
Aunque pensemos que el querer se va a quedar siempre con nosotros.
Aunque parezca que el corazón va a dejar eternamente un hueco a lo sentido.
Incluso lo más querido y deseado puede olvidarse. Todo es capaz de morir.
Porque lo matamos.
O lo matan. O te lo matan.
Uno no suele matar lo que siente su corazón.
Sobre todo porque no puede.
Así es.
No puede.
El otro se encargará de matarlo, si quiere.
Hasta eso puede morir.
Y no suele morir en los grandes desencuentros.
Ahí no, ahí se alimenta.
Muere después. En la desilusión, en los coletazos. Muere en la espera serena.
El corazón muere cuando se abre y no encuentra calor. Muere cuando se abre con honestidad y sin rencor, y le llega un aire frío e invernal.
El hastío lo mata.
La desilusión lo hiere.
El corazón muere y no mata. Lo matan.
Pero el corazón puede sobrevivir.
Porque no lo matan del todo. Porque nunca se ama con todo el corazón.
Porque hay un trozo de corazón que uno guarda para el amor propio.
Y el amor propio puede ser matado, pero, sólo, si uno quiere.
Por ese sí se puede luchar.
Amor, amado, amante, amigo. Amor, destino, olvido, amigo.
Amor, amado, amor.
sábado, 7 de noviembre de 2009
¡Eso y más!
Eres por tu forma de ser conmigo lo que más quiero,
eres mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo.
Eres agua fresca donde se calma la sed que siento,
eres el abrazo donde se acuna mi sentimiento.
Eres el regreso que cada vez más y más deseo,
eres la respuesta que no he encontrado
entre mi silencio.
Eres mi ternura, mi paz, mi tiempo, mi amor, mi dueño.
Eres lo que tanto quise tener y que en ti lo encuentro.
¡Eso y más!
Y esas cosas que compartimos como un secreto
para andar
entregándonos sin temores lo que tenemos.
¡Eso y más!
Ese amor que llegaste a mí como viento nuevo.
Eso y más
que callamos para vivir cuando llegue el tiempo.
Eres el anhelo adonde encamino mi pensamiento,
eres mi razón, mi mitad, mi fuerza, mi complemento.
Eres la ternura que día a día me enciende el alma.
Eres la verdad que me empapa toda como agua clara.
¡Eso y más!
Esas cosas que compartimos como un secreto
para andar
entregándonos sin temores lo que tenemos.
¡Eso y más!
Ese amor que llegaste a mí como viento nuevo
Eso y más
que callamos para vivir cuando llegue el tiempo
Eres por tu forma de ser conmigo lo que más quiero
eres mi timón, mi vela, mi barco, mi mar, mi remo.
Eres agua fresca donde se calma la sed que siento,
eres el abrazo donde se acuna mi sentimiento.
Eres el regreso que cada vez más y más deseo.
Eres la respuesta que no encontraba
entre mi silencio.
Eres mi ternura, mi paz, mi tiempo, mi amor, mi dueño.
Eres lo que tanto quise tener y que al fin lo encuentro.
Eres por tu forma de ser conmigo lo que más quiero
eres mi timón, mi vela, mi barca, mi mar, mi remo.
Eres agua fresca donde se calma la sed que siento,
eres el abrazo donde se acuna mi sentimiento.
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